DE VOLDER (A.Hidalgo): arte hipnótico

 DE VOLDER

Textos de Isabel Plante, Santiago García Navarro y Alberto Pasolini

Adriana Hidalgo Editora; 2011

Arte Argentino

¿Quién es Beto De Volder? En el ambiente artístico de la década del noventa, había sido parte de los espacios y eventos más importantes. Nacido en 1962 en Buenos Aires, en 1996 dejó de exponer harto de tener que justificar una y otra vez su trabajo. A partir de ese momento, su obra continuó con la experimentación en otros materiales fuera del lienzo: vidrios, imanes, calado en madera, dentro de la más abstracta tradición.

Esta obra está organizada en torno a un diagrama de conjuntos dibujado por el propio artista. El centro contiene la palabra Dibujos, y a partir de allí extiende sus búsquedas y sus inspiraciones; Keith Haring y Jean Arp y otros personajes, algunos provenientes del comic, así como los elementos que fueron dando identidad a la colección que ilustra las páginas de este libro. En ese diagrama aparece también una referencia al demonio de Tasmania, el personaje de dibujo animado que giraba a toda velocidad dejando una línea con forma de espiral. Ese detalle estuvo en la génesis de sus trabajos en el período correspondiente al siglo XXI que es el que abarca este libro. La presentación de la obra se divide en tres secciones, que corresponden a los tres textos (con su versión en inglés) que introducen en la observación de las imágenes y intentar dar un marco a la comprensión de la obra en su totalidad y una cronología de muestras, becas, premios y actividades del autor.
Isabel Plante explica mejor la distinción entre períodos: “A partir del año 2000, las figuras reconocibles se extinguieron en su obra. No es que no hubiera hecho obras abstractas antes, sino que se concentró de manera exclusiva en el sondeo de los elementos básicos de la bidimensión (y de sus posibles tensiones con la tridimensión): el punto, la línea, el plano y el color.” “En De Volder, la antinomia vanguardista y entre figuración y abstracción y, sobre todo, entre presentación y representación reaparece con la riqueza del final abierto”.
El texto de Alberto Pasolini, con aires de tango,  detalla los recursos materiales del artista y relaciona la obra con el abstraccionismo rioplatense e intuye zonas localistas que son parte de un imaginario porteño, pensando a Buenos Aires más como urbe al estilo europeo que como parte de la cultura latinoamericana: “Melancólico y taciturno, propietario de un volumen de voz que invoca la desesperación de quien se esfuerza en oírlo y nacido en el barrio de Pompeya (…), Beto de De Volder, al referirse a sus dibujos como firuletes, enciende sobre su obra queriéndolo o no, una mirada teñida por lo autóctono.”
Santiago García Navarro elige en su texto analizar el conjunto Telas negras y papeles negros (2005). Los contrastes entre el negro y el color vibrátil sugieren, según su mirada, una densidad nada solemne pero tampoco gentil. En esa línea busca referencias iconográficas que van desde el manga y el animé hasta la obra de grandes artistas contemporáneos.  “… se podría pensar que lo que De Volder ha estado haciendo desde que volvió al arte es pensar no cuerpos geométricos, sino geometrías como cuerpos. Y esta sería una nueva forma de comprender el conjunto de su obra”.
El trabajo sobre curvas, líneas y punto dio lugar a una serie de hipnóticos laberintos, uno de los cuales, Goma eva sobre muro (2011), forma parte de la colección Eduardo F. Constantini y se puede apreciar en uno de los muros del Café des Artes en MALBA.



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