Novedades Editoriales Noviembre 2012: ADRIANA HIDALGO EDITORA
LA PARED EN
LA OSCURIDAD
Altair
Martins
Colección Narrativas
Novela
A partir de un accidente de tránsito en el que un
joven profesor de matemática mata con su auto a un hombre y huye, se
desencadena una trama cercana al género policial, que incita a la lectura hasta
la última línea. La novela avanza al modo de ondas expansivas a través de
múliples puntos de vista que cuentan la muerte de dos padres: uno es un
panadero, víctima de aquel accidente y el otro es el padre del involutario
homicida. Los personajes principales, el profesor de matemática y una
estudiante, hija del panadero, tienen en común mucho más de lo que se imaginan.
La novela se mete en las profundidades de sendos protagonistas, sus familias y
entornos, y a través de ellos aparecen los temas del poder y la autoridad, de
la sociedad disciplinaria y controladora, de la educación, la herencia, la
culpa y la imposibilidad de escapar del lugar de origen. La pared en la
oscuridad, primera y brillante novela del joven escritor brasileño Altair
Martins, hasta ahora inédito en castellano, recibió el consagratorio premio São
Paulo, uno de los más importantes reconocimientos literarios del Brasil.
OPUS DEI
Arqueología del oficio
Colección Filosofía e historia
Ensayo
Opus Dei es el término técnico para designar la
liturgia. El vocablo “liturgia” (del griego leitourgía, “servicio público”),
sin embargo, es relativamente moderno: antes de que su uso se extendiera
progresivamente hacia el final del siglo XIX, encontramos en su lugar el
término latino officium. Como muestra la difusión del término “oficio” en los
más diversos sectores de la vida social, el paradigma que el opus Dei ofreció a
la acción humana se reveló como un polo de atracción duradero y constante para
la cultura secular de Occidente. Independientemente de la cualidad del sujeto
que lo celebra, el “oficio” ejerció sobre la cultura moderna una influencia tan
profunda –es decir subterránea– que ni siquiera nos damos cuenta de que no sólo
la conceptualidad de la ética kantiana y la de la teoría pura del derecho de
Kelsen dependen por completo del “oficio”, sino que incluso el militante
político y el funcionario de un ministerio se inspiran en el mismo paradigma.
En este sentido, el concepto de “oficio” significó una transformación decisiva
de las categorías de la ontología y de la praxis, cuya importancia aún debemos
medir. A pesar de la renovada atención por la liturgia en el siglo XX, de la
que dan un testimonio elocuente, por un lado, el llamado “movimiento litúrgico”
en la Iglesia católica y por otro, las imponentes liturgias políticas de los
regímenes totalitarios, varios signos permiten pensar que el paradigma que el
“oficio” ofreció a la acción humana está perdiendo su atractivo poder,
precisamente, en el punto en que alcanzaba su máxima expansión. Tanto más
necesario es intentar establecer sus características y definir sus estrategias
Giorgio
Agamben
nació en Roma en 1942. En su juventud asistió a los célebres seminarios de
Martin Heidegger en Le Thor. Ha dictado cursos en diversas universidades
europeas. Fue director de programa en el Collège International de Philosophie
de París. Actualmente, es profesor de Iconología en el Instituto Universitario
de Arquitectura de Venecia. Entre sus libros se destacan "El hombre sin
contenido" (1970), "Estancias: la palabra y el fantasma en la cultura
occidental" (1977), "El lenguaje y la muerte" (1982), "Idea
de la prosa" (1985), "La comunidad que viene" (1990), "Homo
sacer" (1995), "Medios sin fin" (1996), "Lo que queda de
Auschwitz" (1998) y "El tiempo que resta" (2000). Adriana
Hidalgo publicó "Infancia e historia" en 2001, cuya cuarta edición
aumentada data de 2007, "Estado de excepción" (tercera edición,
2007), "Profanaciones" (tercera edición, 2005), "Lo
abierto" (segunda edición, 2007), "La potencia del pensamiento"
(2007), "El Reino y la Gloria" (2008), "Signatura rerum"
(2009), "El sacramento del lenguaje", (2010) , "Desnudez"
(2011) y "Opus dei" (2012).
VISTO Y OÍDO
Hebe Uhart
Colección: La lengua
Crónica
Un folleto viene a ser en teoría una guía para el
que va a viajar. En la práctica, los folletos me llenan de perplejidad. ¿Adónde
iré primero? Hay turismo rural, religioso, de termas (recuerdo una vez que fui
a Copahue y vi salir a multitudes de la laguna del Chancho que es un enorme
pozo de barro; salían trepando por las laderas del hoyo todos embarrados, cara
y cuerpo; era como un espectáculo bíblico). No me voy a ir tan lejos para ver
gente embarrada; en realidad el de Copahue es turismo térmico-religioso, creen
en el barro. Turismo de negocios, ¿cómo será eso? Dinosaurios, no, no quiero
verlos, ya los sé de memoria y no quiero que ningún guía me señale la vértebra
que les falta, yo no me daría cuenta. Tampoco el avistamiento de cóndores,
porque todos dicen: “Ahí va, ahí va” y yo pregunto: “¿Dónde?” Siempre me los
pierdo. Hebe Uhart La escritora-narradora que estas crónicas van construyendo
es, como ya se dijo, una gran lectora, ávida, desprejuiciada, capaz de citar
párrafos de Alexander von Humboldt, Paul Groussac y Beatriz Vignoli, pero
también de escritores locales en ediciones de autor, de un libro acerca de la
Feria de Tristán Narvaja y de una Descripción geográfica de la ciudad de Santa
Fe del año 1887. Es, también, sumamente furtiva. Rehúye lo autobiográfico y,
cuando hace alguna concesión, se trata siempre de algo mínimo: la incomodidad
que implica mirar, tomar notas y agua a la vez; la costumbre de caminar sin
rumbo en las ciudades grandes. (…) Hebe Uhart, como Clarice Lispector,
comprende bien que las cartas más interesantes de una crónica se juegan no
cuando se intenta reflejar una realidad, esa entelequia, sino cuando se
focaliza ese detalle capaz de revelar un mundo.
María Sonia Cristoff, La Nación.
CARTAS DEL
MEDITERRÁNEO ORIENTAL
José Emilio Burucúa
Colección: Biografías y testimonios
Cartas
Con la misma erudición y amenidad que en sus Cartas
norteamericanas (AH, 2008), el autor de estas Cartas del Mediterráneo Oriental
se lanza ahora a contarnos su visita a Israel y Grecia. Combinando con
sabiduría y humor la oscilación entre el conocimiento profundo y el viaje
turístico, Burucúa no elude las distintas y críticas circunstancias que, por
muy distintos motivos, atraviesan ambos países. La historia, el arte, la
política, la religión, la mitología, la cultura, la geografía... ninguno de
estos temas le es ajeno. “Jerusalem o Atenas –escribe Burucúa–. Si fuese un
joven, no podría dudarlo: recibiría todo de Atenas y su diosa protectora, algo
menos de Apolo, fascinado por sus musas pero precavido ante sus veleidades;
mucha, mucha Afrodita y casi nada del informe y joven Dionisos, a quien en
verdad temo. Visto que soy un viejo, no me lanzo a las sublimidades de
Jerusalem pero sí a la luz natural, a la caridad amable y contagiosa de
Galilea. Un Jesús helenizado, no tanto el asceta Pablo, eso es lo mío.” En
relación con la deuda que Alemania y Francia reclaman a Grecia, aquí se coloca
a los supuestos acreedores como deudores: “No lo digo en broma –apunta
Burucúa–, para nada. No sólo se trata del haber espiritual que entregó Grecia a
Europa en materia de ciencia, pensamiento filosófico, teatro y producción
poética, que ya eso sería más que suficiente, sino del haber artístico en obras
de piedra, yeso, metal y otros materiales, que pueblan los museos de
Inglaterra, de Francia, de Dinamarca, de Alemania. El valor en euros o libras
esterlinas de esos corpora supera holgadamente los miles de millones. Así que
(…) a hacer bien las cuentas, a convencer a los banqueros de que la deuda más
que de Grecia sigue siendo con Grecia, y por muchas generaciones si se tienen
en cuenta los intereses que corren hasta el día en que la rapiña sea reparada”.
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