1° de junio: Presentación de Beya de Gabriela Cabezón Cámara en La Plata + Entrevista
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Festival Internacional de Novela Negra de Bs. As. |
“A
ESTAS CHICAS SE LAS PUEDE SALVAR VIVAS”
Entrevista a Gabriela Cabezón Cámara y a Iñaki Echeverría
Gabriela Cabezón
Cámara e Iñaki Echeverría hablan de la novela gráfica Beya. Le viste la cara a dios
(Eterna Cadencia Editora), una historia que aborda la red de trata de personas.
Cuando la gente de Sigueleyendo.es le pidió a Gabriela Cabezón Cámara
un texto a partir de la historia clásica de la Bella Durmiente, ella pensó en
“Beya”, una chica secuestrada a la salida de la casa que terminaba esclavizada
en un prostíbulo infecto a la espera de una salvación cada vez más improbable y
cada vez más violenta. Esa historia que primero fue un ebook y luego un libro
de papel publicado por La isla de la luna tuvo, como su protagonista, una nueva
transformación a través de Eterna Cadencia Editora: novela gráfica. El trabajo
conjunto entre Gabriela Cabezón Cámara e Iñaki Echeverría reformula la trama
con una carga de brutalidad y desamparo y se apropia de símbolos (como la
Virgen de Guadalupe o los carteles de “Aparición con vida”) que funcionan a la
vez como denuncia y actualización. En esta entrevista, los autores cuentan cómo
fue el trabajo para construir este nuevo libro, la recontextualización de los
símbolos y los vínculos directos que la novela desarrolla hacia el caso de
Marita Verón y la red de trata de personas.
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Beya (Edición Eterna Cadencia) |
¿Cómo
se da el paso de libro escrito a novela gráfica?
Gabriela
Cabezón Cámara: La reescritura es un trabajo de a dos. Yo
hacía un guión base y luego lo discutíamos. Obviamente la idea es fuera una
unidad, no un libro ilustrado. El relato está conformado por dos niveles: uno
de lenguaje escrito y otro de dibujo. En principio, para en un guión hay que
cortar y reescribir mucho. Aquello que puede ser muy rico en literatura, como
las asociaciones relocas que no le vienen a la línea principal de la historia o
las digresiones que a mí me encantan, no da en una novela gráfica. Es como
cuando una novela se lleva al cine: es muy raro que en el guión pasen más
cosas.
Iñaki
Echeverría: Son dos universos distintos con un mismo fin, que es
contar algo. La lógica es esa. Nos pusimos los dos atrás de una historia y
buscamos la mejor manera de contarla cada uno en lo suyo.
El
texto está escrito en octosílabos, algo que, ya alguna vez dijo Gabriela, tenía
el objetivo de referirse al ritmo de la cumbia o de la gauchesca. ¿Cómo se
transporta eso a la imagen? ¿Estaba esa propuesta?
IE: Beya no es una novela
gráfica muy clásica. En realidad, la apuesta fue de trabajar con climas. Está
laburado con blancos y plenos negros, eso genera un clima que pega bárbaro con
el octosílabo porque el octosílabo tiene algo de rezo. Lo laburamos desde ahí.
GCC: El dibujo expresa otra
cosa. Justamente al ser una unidad, lo que tiene una de sus partes no lo tiene
la otra. El dibujo es estilizado, refinado. No apunta al grotesco. No sé cuál
sería el equivalente al octosílabo en el dibujo, pero no me parece que el
dibujo dé octosílabo. [Risas] Justamente, la idea fue que no se repitieran, que
hubiera dos líneas que fueran contando paso a paso.
¿Son
estrategias que hablaron antes de escribir? ¿Cómo fue el proceso?
IE: Nos fuimos metiendo a
medida que trabajábamos. Tenemos mucha piel trabajando juntos. Como decía Gabi,
el texto habla de algo y las imágenes están en otro lado: se está hablando de
torturas y de golpe hay una imagen divina o están hablando de la merca y
aparece el beso de Klimt.
Beya se apropia de ciertos
símbolos muy identificados y los resignifica.
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Gabriela Cabezón Cámara |
GCC: Se resignfican porque se
pone en una situación especial. Cuando Juan de la Cruz dice “la noche oscura
del alma”, en realidad está contando algo muy alegre y muy bonito. Pero desde
el siglo XXI se puede hablar de un estado de alienación. Eso que tiene el peso
de un ícono se refuerza por contraste.
IE: Algo que se refleja mucho
en la literatura de Gabi y en mi dibujo es la voluntad de mezclar cosas, de
jugar con los símbolos o con lo que uno va cargando. La literatura de Gabi está
lleno de resignificaciones, de cambiar contextos.
Algo más es la apuesta por
contar una historia fuerte sin correr el cuerpo.
GCC: No me parece que se pueda
contar la tortura de un cuerpo sin nombrar las partes del cuerpo con los
nombres que se les da habitualmente a esas partes del cuerpo. Y el dibujo
relata eso pero de una manera muy sutil. Iñaki se corrió de cualquier
posibilidad de porno duro, que era una posibilidad que no nos gustaba nada.
IE: Ninguno de los dos quería
una cosa obvia. Me gustaba el contraste que se da entre texto e imagen. Si en
el texto dice “poronga” yo quería mostrar una cara. Creo que ahí es donde logra
el clima que digo. Con esos dos planos de lectura se va armando la totalidad.
En las reseñas que aparecen en
distintos medios hay casi una relación directa entre Beya y Marita Verón. ¿A
ustedes les interesaba promover esa vinculación?
GCC: Lo que recordé
inmediatamente cuando me puse a escribir fueron las investigaciones de Susana
Trimarco. Sin lugar a dudas, este es un libro que en algunos aspectos es deudor
de aquellas investigaciones. Sabemos lo que sabemos por lo que investigó
Trimarco (y que por cierto nunca lo investigó la Justicia). En ese sentido, es
un vínculo directo con las investigaciones de Susana Trimarco. Pero Beya no es
Marita Verón, no la representa, no cuenta su historia.
¿Les
gustaría que el libro tuviera un eco político?
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Iñaki Echeverría |
IE: Yo creo que no fue la
intención, pero una vez que está terminado, uno dice que sí, que qué bueno
sería que la gente que tiene que hacer algo se despierte con el libro.
GCC: Un puede hacer un libro
desde su posición política más firme diciendo esto es lo que yo pienso. De ahí
a que vaya a tener alguna incidencia en algo hay un abismo. Pero si se lo
pudiésemos mandar a Cristina Kirchner para que se decida y termine con esto, yo
le mandaría diez.
¿Cómo
consideran la política de derechos humanos que se lleva a adelante y el lugar
que se le da a la trata de personas?
IE: Qué es más inmediato:
¿sacar estas chicas de ahí, que todavía están vivas, o seguir identificar gente
de los cementerios? Ni hablar que lo otro hay que hacerlo, yo he sido
militante. Pero hay una cosa más inmediata que es que estas pibas están vivas.
GCC: Además que lo hacen
personas diferentes: una cosa son los antropólogos forenses y otra cosa la
policía. Acá hace falta una decisión política muy fuerte del Poder Ejecutivo.
Pero tiene que ser una decisión muy fuerte porque con la prostitución hace caja
la policía, sus amigos y socios civiles, sus amigos y socios del gobierno. La
prostitución es un negocio infernal; creo que es el segundo o tercer negocio
del mundo. Yo no diría que la política de derechos humanos está incompleta sino
que es una hipocresía alucinante. Es reloco pensar que hay alguien a quien
están violando y torturando todo el día y nosotros estamos aquí tan tranquilos.
Sí: que haya justicia. Pero Videla preso no le devuelve la vida a ninguno de
esos pibes. En cambio a estas chicas se las puede salvar vivas.
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