Novedad Editorial Septiembre 2013: LA BESTIA EQUILÁTERA
ESTO NO ES UNA NOVELA
David Markson
Traducción: Laura Wittner
- Disponible en
ebook -
La aparición en 2012 de La soledad del lector marcó el descubrimiento definitivo de David
Markson en lengua castellana. Aclamada por la crítica, elegida una de las
novelas del año en Argentina, España, México, Colombia y Chile, fue sin embargo
el entusiasmo que despertó en los lectores lo que puso a La soledad del lector
y a Markson en boca de todos. Esto no es
una novela (publicado originalmente en 2001) es la continuación de uno de
los experimentos literarios más importantes de las últimas décadas, la segunda
entrega de una tetralogía a la que David Markson dedicó los últimos años de
vida.
Como la pipa del cuadro de Magritte que analizó
Foucault, Esto no es una novela se
proyecta en muchas direcciones y pone a la imaginación en situación de
sospecha. ¿De qué se trata? Las pistas son múltiples: la muerte, el amor, la
representación, el trabajo, la amistad, la vida "ejemplar"; de
artistas y científicos, lo singular y lo tautológico, lo indiferente y lo
obvio, la lealtad fanática del humor, la hondura angustiosa de la enfermedad y
la muerte, "el sufrimiento de ser y el aburrimiento de existir";, el
arco delicioso de la risa imprevista y la inconstante dicha. El libro a nadie
expulsa, y proporciona una sabiduría y un deleite ilimitados.
Esto no
es una novela es y no es una novela. Y así la colección de
datos, citas, hechos, anécdotas, escenas veladas, discretas tragedias,
encuentra el cauce, el paso, el ritmo justo de lectura que le impone ese otro
personaje admirable al que la novela parece, por fin, asignarle un papel
central: el lector.
Sobre David Markson
Nació en Albany, Nueva York, el 20 de diciembre
de 1927. Mientras estudiaba en Columbia, inició correspondencia con Malcolm
Lowry. Se hicieron muy amigos, como lo prueba el epistolario de Lowry. La tesis
de Markson sobre Bajo el volcán se
publicó en 1978. Mientras trabajaba como periodista, se dedicó a investigar (y
sobrevivir) la bohemia de la década del 50 en compañía de escritores como
Conrad Aiken, Dylan Thomas, Jack Kerouac. Es este último el que influye sobre
todo en las primeras novelas de Markson. Como escritor de policiales Epitaph for a Tramp (1959) y Epitaph for a Dead Beat (1961), muchos
críticos aseguran que no encuentran otro parangón que Chandler. La primera
puede leerse también como un comentario trágico sobre el adulterio, lo
contrario de una moraleja cínica sobre la libertad sexual; la última le permite
ironizar sobre el tipo de existencia bohemia que compartió con los escritores
que se sacrificarían en su propia leyenda, como Allen Ginsberg. Hay que
considerar que estos libros Markson los escribía por encargo, por dinero, y que
sin embargo la exigencia de calidad nunca cedió ante las facilidades y
garantías del género. La obra posterior acusa ya la influencia del
existencialismo y las lecturas filosóficas. Son parejamente admirables: Wittgenstein´s Mistress (1988), Springer´s Progress (1990) y la serie
que inicia La soledad del lector
(1996; La Bestia Equilátera, 2012) y se continúa en Esto no es una novela (2001), Vanishing
Point (2004) y The Last Novel
(2007). David Markson murió en Nueva York en 2010.
Repercusiones de La soledad
del lector de David Markson
Mejor
Libro de narrativa extranjera 2012 en Revista Ñ
(por Maximiliano
Crespi):
"Libre de las demandas del mercado, Markson teje escenas
verídicas e inventadas, ratificadas e improbables. La ficción no se conforma
con 'lo ocurrido'; contiene 'lo que podría haber pasado' y se apropia también
de lo imposible; es decir: de lo necesario.";
Uno de
los mejores libros del año para ABC.ES
(por
Patricio Pron):
"«¿Qué es una novela en todo caso?», se pregunta Markson, y
la respuesta, si acaso, es que una novela es todo aquello que leamos como una
novela, incluyendo un texto como este, constituido por los «restos flotantes» y
las «cositas sueltas» que son todo lo que queda de la vida de un lector cuando
muere.";
Elvio
Gandolfo en Revista Noticias:
"Markson pertenecía al club de quienes siguen recorriendo
librerías o comprando libros sin fin, porque la amplitud de los autores que
cita (o de parientes, amigos o enemigos de autores) no tiene fin. Además se
relacionan de inmediato con la biblioteca de cualquier lector bulímico y un
poco neurótico."
Mario
Ortiz en Bazar Americano:
"El 'invento' de Markson tienen la elegancia y la sobria
arquitectura conceptual que puede encontrarse en las máquinas textuales que
armaba Perec o Francis Ponge. Al igual que ellos, sus textos se resisten a las
clasificaciones. Elegancia y sobriedad porque lejos de un trabajar sobre una
poética que genera una textualidad hermética o barroquizante, lo que proponen
estos autores es un sistema que involucra acciones corporales y lenguaje en una
combinación inédita."
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