En el cruce del género fantástico con el policial merodean estos tipos, muchas veces escépticos, que se ven sorprendidos por la irrupción de elementos sobrenaturales, ya sea fantasmas, posesiones diabólicas o casas embrujadas. Algunos intentan encontrar la explicación racional detrás de ese fenómeno, otros están entrenados para enfrentarse a esas fuerzas desconocidas con herramientas aún más fantásticos que los eventos. El primer detective de estas características fue creado por Sheridan Le Fanu y protagonizó la saga En un cristal oscuro ( In a Glass Darkly ; 1872). Se trata del doctor Martin Hesselius. También célebres son John Silence, de Algernon Blackwood, y Carnacki, el cazador de fantasmas creado por William Hope Hodgson. Éste último es de los que desconfía de las explicaciones extrañas y busca encontrar lo racional entre los raros eventos en los que participa. Aquí te presentamos a estos personajes y sumamos a dos más actuales, uno procedente del Japón más mitológico.
Un jurado prestigioso acordó por unanimidad otorgar el Premio Casa de las Américas en cuento a: Cosas peores , de Margarita García Robayo. En siete relatos de mediana extensión, la autora da cuenta de las ambiciones, los empeños y los fracasos de personajes. “Fanny pensó que Titi no toleraría la lástima de los vecinos. Y ella tampoco. Pensó que era mejor no inventar complicaciones que no tenía, que eso era lo que la vida les había puesto y que las cosas estaban bien. Relativamente bien. Y que peor sería... Tantas cosas. Había cosas peores.” Titi nació con un sobrepeso poco común; confundido con un síntoma de buena salud, no fue tratado a tiempo. Así ve pasar sus días, observado y juzgado por miradas ajenas: no tan normal para un colegio “normal”, no tan especial para un colegio “especial”. Pero como diría Fanny, su madre, en el cuento que da nombre a este libro, siempre hay cosas peores. Peor sería la muerte, el desencuentro, la soledad, la pérdida, el tedio. La ausencia
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