Por Gastón Intelisano
@GIntelisanook
-Exclusivo para NE-
Conocí a María Inés Krimer en la primera edición
de BAN!, el Festival Internacional de Novela Policial de la ciudad de Buenos
Aires. Ella, al igual que yo era una de
las invitadas y en nuestro primer encuentro, quien nos presentó, me dijo:
-Ella también tiene un personaje que vuelve a
estar en cada novela. Se llama Ruth Epelbaum-
Tome nota mental. Por ese entonces, yo había
publicado mi primera novela, Modus
Operandi y me interesaba conocer a otros autores argentinos del género
policial.
Sangre
Kosher es el primer caso de la detective judía creada por Krimer.
Ruth es una mujer de mediana edad, que luego de dejar el archivo donde
trabajaba, se muda desde Paraná a Villa Crespo. Su prima Lea la pone en
contacto con un personaje muy especial llamado “Chiquito” Gold, un joyero
desesperado que le encomienda encontrar a su hija, desaparecida desde hace
varios días. Este será su primer caso, y no estará sola. Al igual que Sherlock
Holmes tenía a su Watson, Ruth cuenta con Gladys. Su empleada doméstica cuenta
con conocimientos de investigación criminal, gracias a su marido, un policía
que integra la división Científica.
Ruth es diferente a otras heroínas del policial.
Es creíble, simple y va construyendo su personalidad como investigadora con
cada decisión que toma en este caso. Un caso que la lleva a lugares oscuros y a
tener contacto con personajes peligrosos que pondrán a prueba el valor de esta
mujer decidida a conocer la verdad y encontrar a la joven desaparecida.
En Siliconas
Express, su segunda novela protagonizada por Ruth, se mete de llano en el
mundo de las cirugías plásticas, y un crimen que convulsiona ese mundo tan
frio, aséptico y perfecto.
Esperando Sangre
fashion, el nuevo caso de Epelbaum, recomiendo la lectura de sus dos
novelas previas, que confirman que el policial no es solo cosa de hombres.
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