LA PRINCESA
DE LAS PAMPAS
Romántica
– Histórica
Entre 1851 y 1852, el gobierno del Restaurador
llega a su fin. El corazón de Buenos Aires es Palermo, donde Juan Manuel de
Rosas dirige hasta los deseos de su hija Manuelita mientras resiste los embates
de una oposición cada vez más organizada. En “La Inglesa”, la estancia de los
Evans, palpita otro país: el de la cría de mansas ovejas, el de un corazón
unitario que participa secretamente en la resistencia, el de la convivencia armónica
entre criados y patrones, el de un amor que no puede ser dicho y que deberá,
como la patria, tomar otro destino.
Pablo Evans renuncia a sus sueños para sostener
la estancia familiar, pero no renuncia al sueño de luchar por la patria que
quiere.
A su lado, Magdalena, una hermosa mulata de ojos
claros, criada por los Evans como si fuera una hija más, enfrentará a los
Colorados del Monte, desafiará todas las convenciones de la época y encontrará,
casi por sorpresa, su verdadero amor. En su travesía, irá develando su
verdadero origen. Gabriela Margall pinta un fresco extraordinario de una época
violenta, decisiva.
Un escenario perfecto donde se gestan tanto la
historia grande como la cotidiana, la secreta. Esa que se borda en la intimidad
de las cocinas, las tertulias, las alcobas y las almas.
Un amor
que resiste al tiempo
PRINCESA
DE LAS PAMPAS II
Romántica
– Histórica
En esta extraordinaria novela –la continuación
de La princesa de las Pampas-
Gabriela Margall nos muestra cómo la fuerza del amor supera la turbulencia de
los tiempos revueltos.
A comienzos de 1852, cae finalmente el gobierno
de Juan Manuel de Rosas. Mientras que el Tirano viaja al exilio, los expulsados
del antiguo régimen regresan a Buenos Aires. Sin embargo, muy pronto, la
esperanza de una patria pacificada, libre de violencias y venganzas, se dará de
bruces contra la realidad: peleas, insurrecciones y luchas fratricidas parecen
no tener fin. Los Evans transitan las calles porteñas. Como muchos, han esperado con ansias esta liberación. Pero
este nuevo tiempo les traerá incertidumbres y dolores profundos. No solo se
juega el destino de la Confederación: es la marea de la vida que viene a
cobrarse viejas deudas, a agitar los días y las noches de los que fueron
habitantes de “La Inglesa” y hoy no terminan de adaptarse a los ritmos de la
ciudad.
Los tiempos han cambiado, sí. ¿Pero fue para
mejor? Magdalena Ortiz de Rozas, Pablo, Laureana y Valentina Evans, Marcos,
Carmelo Villafañe resistieron a los embates del rosismo, y ahora tendrán que
hacerle frente al destino. A este puñado de entrañables criaturas se suma la
figura del doctor Diego Varela, un exiliado en Montevideo, que reconstruirá de
las ruinas su casa familiar y conocerá el amor como nunca antes.
En esta nueva partida, las cartas traerán tanta
fortuna como desdicha a unos y a otros.
El cofre de los secretos se abrirá para dar a conocer la otra historia
de Magdalena, que es también capaz de construir sobre las ruinas de su propio
corazón.
LA DAMA
DE LOS ESPEJOS
Romántica
– Histórica
Una noche de 1801, María Josepha Petrona de
Todos los Santos, iba a casarse con Diego del Arco. El hombre había sido
elegido cuidadosamente por sus padres, los Sánchez de Velazco. Pero ella se
rehusó. Apeló al Virrey para evitar un matrimonio que iba en contra de su
voluntad y lo logró. Tenía apenas catorce años.
Mariquita Sánchez se convirtió entonces en
heroína de su propia historia y guía férrea de su propio corazón. Mariquita traspasó
los límites impuestos por la época. Amó los libros, amó la política, amó los
salones de su casa donde recibió a intelectuales, poetas, militares, patriotas.
Amó a un hombre, Martín Thompson, con quien recorrió el difícil camino de la
Revolución de Mayo. Cuando la felicidad le dio la espalda, amó más todavía –con
locura, por error y a destiempo. Crió a sus hijos, escribió bellísimas cartas,
trató como amigos a los protagonistas de su tiempo. Fue una dama francesa en
Buenos Aires. Fue la más porteña de todas las damas del Río de la Plata. Fue
una de las mujeres más ricas de la ciudad y fue la rebelde que mendigó un hogar
en Montevideo en los años del rosismo.
Mariquita Sánchez vive en las páginas de La dama de los espejos. Del modo en que
solo una escritora como Gabriela Margall podía lograr: con el pulso de la época
narrado magistralmente con detalles y matices. Muy lejos de la imagen canónica
de la dama que prestó su casa para que se entonaran las estrofas del Himno
Nacional, aquí vive una mujer que se entregó a la extraordinaria aventura de
elegir su destino.
“Nací una lluviosa noche de noviembre, según se relata siempre
en las grandes reuniones familiares. En mi familia todo parece ser grande. Gran
cantidad de tíos y primos, enormes reuniones navideñas, inmensa cantidad de
regalos para los cumpleaños. Y, por supuesto, grandes lectores. Entre ellos, mi
madre. Cuando era pequeña, mi madre me compró un entrañable libro llamado Ana
la barquera. No puedo olvidar cómo contenía la respiración mientras escuchaba
las palabras que ella pronunciaba al leérmelo. Aún tengo ese librito y todavía
me quedo sin aliento cada vez que lo tomo entre mis manos. Con ese pequeño, y
al mismo tiempo muy importante, incentivo comencé el camino que me trajo hasta
este increíble momento de mi vida.
Con los años, aprendí a leer y eso significó aprender a conocer.
Leyendo se puede viajar a mundos lejanos y exóticos; leyendo se puede conocer a
personajes encantadores y personajes siniestros; leyendo se puede llorar y
reír. Y leyendo se puede llegar a vivir una de las historias de amor más
atrapantes de la literatura.
Leer a los veinte años Orgullo y prejuicio de la maravillosa
Jane Austen fue un dichoso cambio en mi vida. No esperaba encontrarme con tanta
pasión y con tanta inteligencia. Quedé tan asombrada con la luminosa
personalidad de Elizabeth Bennet y con la fuerza del amor de Mr. Darcy, que
inmediatamente quise escribir una historia parecida.
A partir de mis primeros esbozos literarios, descubrí que
intentando imitar a alguien, estaba transitando un camino equivocado: me estaba
perdiendo a mí misma en aquella imitación. Fue una larga la travesía la que
tuve que hacer hasta lograr expresar mi verdadera voz, mis verdaderas ideas y
los verdaderos motivos por los que deseaba escribir. Gracias a una amiga,
conocí el fascinante mundo de la novela romántica y me convertí en una lectora
apasionada (¿sería posible encontrar a alguna lectora que no lo fuera?). Nada
me resulta más gratificante que leer una novela romántica en una tarde de
lluvia, nada me entusiasma más que descubrir un nuevo tesoro al abrir un libro
romántico por primera vez. El amor fue la primera razón que encontré para
escribir. El amor hace a la vida hermosa y quería escribir sobre esos
sentimientos que nos hacen estremecer.
En mis años de estudio en la universidad, me interesé por la
época que en la historia argentina se denomina “del Virreinato” (finales del
siglo XVIII y comienzos del XIX) y en especial por una mujer llamada María de
Todos los Santos Sánchez, conocida en mi país como Mariquita Sánchez de
Thompson. Ella vivió una de las historias de amor más recordadas de la
Argentina, al negarse a contraer matrimonio con quien su padre había dispuesto
y llegó hasta la justicia y hasta el mismo virrey para defender su amor. Pensé
que si había en aquella época mujeres tan fuertes y valientes yo podría
escribir, con mi propia voz, novelas que tuvieran lugar en sitios que me
resultaran mucho más familiares que la Inglaterra del siglo XIX o el oeste
norteamericano y en donde pudiera explicar de una modo mucho más cercano y
comprensible la Historia de mi país.
Así fui llegando hasta el día de hoy. Luego de escribir mucho,
(¡y de corregir muchísimo!) pude lograr algunos escritos que tenía guardados
sin ninguna esperanza de que vieran la luz en forma de libro. Hasta la
convocatoria que realizó la editorial argentina Vestales. Desde entonces todo
ha sido algo que se parece mucho a un sueño y que no puedo terminar de creer que
sea la realidad.”