Novedad Editorial Septiembre 2014: PAIDOS - No Ficción
Sigmund
y Anna Freud
Colección:
Psicología Profunda
“Mirándote me doy cuenta de lo viejo que soy,
porque tienes exactamente la misma edad que el psicoanálisis. Los dos me han
causado preocupaciones, pero en el fondo espero de tu parte más alegrías que de
la suya”, le dijo Sigmund a Anna a finales de 1920. Esta frase muestra la
profundidad y el valor de la relación entre psicoanálisis y filiación que Freud
atribuye al rol que Anna representará en la historia de esta disciplina, como
hija, pero también como una de las fundadoras del psicoanálisis de niños. Esta
publicación de casi trescientas cartas entre Sigmund Freud y su hija Anna
constituye un documento excepcional en varios sentidos. Además de ofrecer una
crónica de la vida de una familia vienesa durante los primeros decenios del
siglo XX, permite el acceso a una visión de Sigmund Freud en tanto hombre,
ocupado en la construcción de su obra teórica, de los avatares de la clínica y
las preocupaciones cotidianas de un padre de familia atento a los
acontecimientos de la vida diaria. Pero antes que nada, es un documento acerca
de cómo el psicoanálisis se convirtió en un modo de relacionarse entre padre e
hija y cómo los unió de una manera única, profunda, al compartir sus intereses
profesionales.
En este sentido, Correspondencia 1904-1938, a la
vez completa y se diferencia de Cartas a sus hijos, publicado anteriormente en
esta colección, ya que permite una visión más integral y humana de la
personalidad del padre del psicoanálisis, a la vez que reafirma sus inagotables
cuidados por lograr una conceptualización lo más acabada posible de los
conceptos de su creación.
Ingeborg
Meyer-Palmedo (ed.), Doctora en Filología, estudió
antropología combinada con ciencias naturales y humanas. Se doctoró además en
Antropología Cultural, Etnología Europea, Filosofía y Paleoantropología. Antes
de dedicarse al ejercicio independiente de su profesión, trabajó durante años
en el Departamento de Ciencias de la editorial S. Fischer y participó allí,
bajo la dirección de Ilse Grubrich-Simitis y otros, en muchas publicaciones de
las obras y cartas de Sigmund y Anna Freud.
Sigmund
Freud nació en Freiberg en 1856 y recibió una educación judía no
tradicionalista, abierta a la filosofía del Iluminismo. Concluyó sus estudios
de Medicina en 1882. Junto a Joseph Breuer, Freud abandonó progresivamente el
método de la hipnosis y pasó al de la catarsis –primero– y al de la asociación
libre, fundamento del psicoanálisis, después. La obra de Freud se divide
generalmente en dos períodos caracterizados por diferentes tópicas del aparato
psíquico. La primera abarca el período que va de 1900 a 1920 y distingue
inconsciente, preconsciente y consciente. En la segunda –de 1920 hasta su
muerte– hace intervenir las instancias del ello, el yo y el superyó. Después de
una vida de trabajo materializada en veintitrés tomos (sus Obras completas), Sigmund Freud falleció en Inglaterra el 23 de
septiembre de 1939, un año después de dejar Viena, ciudad en la que los nazis
quemaron sus libros y los de otros intelectuales judíos, también perseguidos
por el fascismo.
Anna
Freud nació el 3 de diciembre 1895 en Viena. Hija de Sigmund
Freud y Martha Bernays. Obtuvo su doctorado en Leyes, tras lo cual comenzó a
ejercer como maestra y colaboró estrechamente con su padre en el desarrollo de
la teoría y el movimiento psicoanalíticos. Su trabajo se centró sobre todo en
las funciones del yo en el desarrollo de la personalidad y los mecanismos que
se ponen en marcha para ajustar las pulsiones del ello a las demandas del
superyó, especialmente la represión, la proyección, la racionalización, la
negación, la identificación con el agresor y las formaciones reactivas.
Falleció en Londres el 9 de octubre de 1982. Es autora de Psicoanálisis del desarrollo del niño y del adolescente, El Yo y los
mecanismos de defensa y Normalidad y
patología en la niñez, todos en el fondo editorial de Paidós.
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