Novedad Editorial Octubre 2014: BEATRIZ VITERBO EDITORA - No Ficción
LA
CONDICIÓN TRADUCTORA
Sobre
los nuevos protagonistas de la literatura latinoamericana
Martín
Gaspar
Arte de
Tapa: Daniel García
Ensayos
Críticos
La
traducción no es –nunca lo fue– un asunto de lenguas. O, dicho de otra manera,
no es solo eso. Es, obviamente, una cuestión lingüística pero también política,
cultural, filosófica, ética. Martín Gaspar agrega otra más: la traducción es
una cuestión de temperamentos. Porque siempre que hay traducción hay
traductores. Es decir personajes que se juegan en ese acto una subjetividad,
una postura ante el mundo y hasta una necesidad de sobrevivir (económicamente o
como seres vivos). En ese deslizamiento de la traducción al traductor, y de la
observación que en las ficciones contemporáneas la presencia del personaje que
traduce insiste en reaparecer, consiste el primer hallazgo de La condición
traductora de Martín Gaspar. Con esa idea sencilla y reveladora, comienza un
recorrido que nos lleva de João Gilberto Noll a Marcelo Cohen, de Mario
Bellatín a Chico Buarque, de Alan Pauls a Santiago Nazarian. De la literatura
contemporánea, Gaspar pasa a hacer una excelente genealogía de la traducción en
América Latina que vincula escritores diversos en tanto personajes traductores:
de Sarmiento a Haroldo de Campos, de Borges a Rubén Darío, de Cortázar a
Alencar. Una historia cultural de la traducción en América Latina.
Una vez
que parece terminar el camino, la salida de una curva cerrada –como si fuera un
retablo barroco– nos revela un nuevo paisaje: un personaje inesperado pero
único, un monstruo traductor que es producto de las literaturas menores pero
también de la inventiva del autor de este libro. Se trata de Julio Vacarezza,
traductor más o menos secreto de la colección Robin Hood que todos leímos
cuando éramos niños. Fue nuestro primer héroe traductor y el último que
llegamos a conocer gracias a esa yapa que nos regala Martín Gaspar.
A
partir de ahora, La condición traductora se convierte en un libro
imprescindible y fundamental para entender ese “rastro irreductible” que es el
acto de traducir, tan decisivo en las operaciones de globalización y en la
apertura cosmopolita, tan propio de las novelas contemporáneas como de la
historia de un continente que nació con la traducción.
Gonzalo Aguilar
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