ENTREVISTA NE: Gabriel Godano, autor de “Buen Pasar” (SÉVERLED)
Gabriel Godano es alto, delgado y de
mirada vivaz. Nos recibe en su departamento de San Telmo rodeado de sus
mascotas y nos ofrece una gaseosa fría que el calor de Buenos Aires nos convoca
a aceptar.
Tiene un ejemplar de Buen Pasar (su primer libro, que acaba de presentar en la
Biblioteca Nacional y que está en la Feria del Libro) y, a corta distancia, Mafalda
–una cachorra de salchicha– observa a su amigo mientras hacemos la nota.
NE:
Sos un autor muy joven; ¿qué te llevó a escribir sobre la última etapa de la
vida?
G.G.: Creo que una de las más
maravillosas dotes de la mente es la de evadir la sentencia a muerte que
significa estar vivos. Vivimos como inmortales, creyendo interiormente que
podemos superarlo todo.
¿Pero qué pasa cuando crecemos, cuando el
arco del péndulo ya nos hace sentir su viento? Ignoramos a los mayores porque
son un recordatorio de la sentencia mentada. Me interesó darle una voz a esa etapa.
No sé si lo logré o no, mis abuelos murieron de jóvenes, igual que mi viejo y
nunca pisé un geriátrico en mi vida; pero cuando el cuento era solo papel
impreso por mí, lo leyó una señora muy mayor y se sintió conmovida, así que,
así sea para una sola persona, algo se pudo hacer...
NE:
Construiste personajes muy definidos; ¿te inspirás en personas reales, los
creás, vienen a vos?
G.G.: Tal vez, los personajes son tan
definidos por ser muy etéreos. La fuerza de sus personalidades está en que son
simples, directos, de corazones abiertos. Tal vez sean ideas platónicas de
personas mayores con las que es fácil llevarse bien, con las que es fácil
recordar a un abuelo propio. Los personajes vienen solos y se quedan para
siempre... son más que ideas...
NE:
La otra mitad de tu libro, Moneda de amistad, transita diversos estilos y,
aunque presenta reflexiones sobre la naturaleza humana, muchas veces lo hace
con humor. ¿Es una marca de tu estilo el tratar temas complejos con diálogos
llevaderos, casi como una charla entre amigos?
G.G.: El cuento es una oda a la amistad,
a sus conceptos, a sus ideas. Es un cuento que intenta salir del
"protagonista", que intenta huir de la idea "un personaje",
las personas que recorren las páginas tienen que ser amigos nuestros, personas
con las que tomaríamos un café o una cerveza.
Todos los temas, complejos o no, deberían
ser tratados con soltura, sin demasiada seriedad. ¿Es parte de mi estilo? Ni la
menor idea; no agarro una birome y un papel con la idea en la cabeza de
"escribir un Godano" Simplemente escribo; a veces sale algo profundo,
a veces un chiste sobre pedos, a veces una simple charla sobre fumar un
cigarrillo en un descanso. Si hay suerte y la gente lee lo que escribo, ya me
catalogarán en un estilo y llevarán razón.
NE:
¿Qué escritores tenés como referentes?
G.G.: Como referente, ninguno en
particular. Si te digo que al leer algo y me gusta, me veo influenciado por el
estilo. Terry Pratchett es uno de mis autores favoritos, recomendable para todo
el mundo. Christopher Moore, Tom Sharpe, Eduardo Mendoza, Stephen King... Todos tienen humor para decir
las cosas, todos tienen buenos personajes con los que dialogar página a página.
Cada cosa leída es un tipo de referente, si lo pensamos más profundo... ¿No?
NE:
¿Qué esperás que el lector sienta al leer tu obra?
G.G.: Eso, que sienta. Con eso es
suficiente. Si llora, si ríe, si piensa en otra persona al leerlo, si lo quiere
compartir, es todo lo que una persona que escribió algo puede querer.
Cae
la tarde y el tránsito porteño se intensifica. A través de la ventana nos llega
el sonido de incontables bocinas de autos y colectivos. Gabriel mira el reloj y
se excusa: tiene una clase de artes marciales en una hora.
NE:
¿Habrá más libros de Gabriel Godano?
G.G.: Publicar estos cuentos fue un gran
sueño, fue un paso que estuve mucho tiempo pensando en dar; que di gracias una
mujer que despertó de nuevo en mi el espíritu de la escritura y otros tantos.
Si este gusta, si tiene repercusión de algún tipo, sí, tengo mucho material que
puede ser compartido, así que no es una idea que descarto.
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